Agradeceré
a dios por el resto de mi vida, la fortuna que me ha dado al conocerte.
Rogare
a cada instante cada día, para que nuestra historia pueda realizarse.
Me
aferrare a tu amor más que a la vida misma, ya que de cualquier forma moriría
si te perdiera.
Y aun
si el destino, la vida, o la suerte
estuvieran en nuestra contra, y quisieran de cualquier forma arruinar nuestra
historia. Aun así luchare cada día contra toda tempestad
que se avecine. A tu lado seré fuerte y
no lograran derribarme. Tú serás mi fortaleza,
mi refugio, mi consuelo. Y yo para ti seré todo aquello que deseas. Me vestiré de mil matices, y en mis labios
siempre habrá una sonrisa.
Solo llorare el ver que tú lo hagas para poder
juntos mitigar tus penas, y lavaré con
cada una de mis lágrimas, tu dolor, tus pesares, tus angustias y tristezas.
Y si
el fin de nuestra historia estuviera ya escrito, y si el cruel destino acelera aquella fecha, entonces me aferrare aun mas a tus caricias, y
mis labios no conocerán mas alimento que tus besos.
Y si
el final estuviera fijado en algunas horas, entonces ven, hagamos el amor, y que el fin de nuestra historia nos encuentre
amándonos.
Y antes que el cruel destino arruine aquel
momento, róbame la vida entera con uno
de tus besos y déjame que muera,
ferviente de pasión, sonriendo entre tus brazos.
A Sebastián en San Valentín.
Cuando la ilusión aun vivía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario