En silencio te acercas como tantas otras noches,
Te despojas de tu ropa y te dispones a dormir,
Entras a la cama con temor a despertarme,
Poco después duermes y yo dejo de fingir…
Te miro fijamente como lo hago cada noche,
Te vez tan apacible, ¿Quién lo creyera de ti?,
Sin embargo he escuchado que la llamas entre sueños
Y es un nombre como daga que atraviesa el corazón…
Ella es dueña de tus días, de tus caricias y besos,
Ella recibe todo aquello que ya nunca tú me das
Y aun cuando en las noches tengo a mi lado tu cuerpo
Ella sigue venciendo pues no la dejas de nombrar…
Y lo se desde hace tiempo y aparento no saberlo,
Y tú sigues con tu juego de que todo sigue igual,
De que no existe otra más que yo en tus pensamientos
Mientras ambos sabemos cual es la realidad…
Y mañana al marcharte te despediré con un beso
Y tu iras a su encuentro como lo hiciste el día de hoy
Y yo esperare en casa como siempre tú regreso
Y mientras ella te cubre de caricias y besos
Yo fingiré y una y mil sonrisas delante del espejo,
Para poder así engañar a los demás...
Y mañana por la noche cuando este cerca tu regreso
Entrare a la cama y fingiré que duermo
Y esperare que llegues como siempre… en silencio
Y aguardaré a que duermas para poderte contemplar...
Y esperare paciente, como lo hago cada noche
Que sea esta vez a mí a quien entre sueños llamaras…
Mientras yo te contemplo como siempre… en silencio
Y como siempre… en silencio… llorare una vez más…
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